Cuando se trata del bienestar de nuestras mascotas, la alimentación juega un papel tan importante como el ejercicio o el afecto que les damos cada día. Sin embargo, aunque queramos lo mejor para ellos, no siempre lo estamos haciendo bien en lo que respecta a su dieta.

Ya sea por desconocimiento, exceso de mimo o seguir costumbres humanas, muchos tutores caen en errores alimenticios que, a la larga, pueden pasar factura a la salud de sus peludos. En este artículo de Mascota Lover, vamos a repasar los 7 errores más comunes en la dieta diaria de perros y gatos, para que sepas identificarlos y corregirlos a tiempo.


1. Humanizar su alimentación

Uno de los errores más frecuentes es pensar que lo que es bueno para nosotros también lo es para ellos. Pero el sistema digestivo de perros y gatos no funciona igual que el nuestro.

Compartir nuestra comida puede parecer un acto de cariño, pero en muchos casos, estamos perjudicando a nuestros compañeros. Por ejemplo:

  • La cebolla y el ajo pueden causar anemia.
  • El chocolate es tóxico para perros y gatos.
  • Los huesos cocidos pueden astillarse y provocar perforaciones intestinales.
  • Las grasas y frituras afectan al páncreas y al hígado.

Consejo: Resiste la tentación de darles restos de tu plato. Si quieres premiarlos, opta por snacks específicos para su especie o frutas y verduras aptas para su consumo (como trocitos de manzana o zanahoria, en el caso de los perros).


2. No seguir una rutina ni cantidades adecuadas

Muchas mascotas tienen acceso libre a la comida durante todo el día, lo que puede derivar en sobrepeso, ansiedad y malos hábitos. Aunque el «free feeding» (comida disponible todo el tiempo) puede parecer práctico, no es recomendable en la mayoría de los casos.

Cada mascota necesita una cantidad específica de alimento, basada en su:

  • Edad
  • Peso
  • Nivel de actividad
  • Estado de salud

Dar de más «por si acaso» puede acabar en problemas serios, como obesidad o diabetes, especialmente en gatos de interior o perros sedentarios.

Consejo: Consulta con tu veterinario la ración diaria ideal y divídela en 2 o 3 tomas al día, dependiendo del caso. Así también podrás monitorear mejor si un día no come, algo que podría indicar un problema de salud.


3. Elegir un alimento inadecuado o de baja calidad

No todos los piensos son iguales. El mercado está lleno de opciones, pero la diferencia entre un alimento de calidad y otro genérico puede notarse rápidamente en el pelaje, la energía, las heces y hasta el comportamiento de tu mascota.

Un error muy común es fijarse solo en el precio o en la marca más conocida, sin leer bien la composición. Algunos piensos incluyen:

  • Subproductos cárnicos de baja calidad
  • Cereales en exceso como relleno
  • Conservantes artificiales

Consejo: Apuesta por alimentos con proteína de calidad como primer ingrediente, sin azúcares añadidos ni rellenos innecesarios. Y si tu mascota tiene necesidades especiales (alergias, problemas digestivos, sobrepeso…), busca una fórmula adecuada o incluso considera la dieta BARF supervisada.


4. Abusar de los premios o snacks

Es fácil caer en el error de usar premios para todo: educar, entretener, mimar, o simplemente porque “te ha mirado con ternura”. El problema no es dárselos, sino dar demasiados o elegir snacks poco saludables.

Los premios comerciales a menudo son altos en grasa, sal y aditivos. Además, si no se tienen en cuenta como parte de la ingesta calórica diaria, pueden desequilibrar la dieta.

Consejo: Elige snacks naturales o saludables (como tiras de pollo deshidratado o snacks dentales sin azúcares) y ajusta el resto de la comida diaria para compensarlos. La regla general es que los premios no deberían superar el 10% de la ingesta calórica diaria.


5. No ofrecer agua fresca en todo momento

Este es un error tan básico como grave. El agua es esencial para la digestión, la eliminación de toxinas, el buen funcionamiento de los órganos y la regulación de la temperatura corporal.

A menudo se olvida cambiar el agua a diario, especialmente si se usa un bebedero automático o si está colocada en un lugar poco accesible. En el caso de los gatos, que suelen beber menos, esto puede favorecer la aparición de problemas urinarios o renales.

Consejo: Asegúrate de que tu mascota tenga acceso constante a agua limpia y fresca. En gatos, los bebederos tipo fuente pueden incentivar su consumo. Y si vives en una zona calurosa o tu perro es muy activo, aumenta la vigilancia.


6. Ignorar cambios en el apetito o el peso

¿Tu mascota ha dejado de comer? ¿Ha aumentado de peso sin explicación? ¿Ha perdido interés en su comida favorita?

Muchos tutores ignoran estos cambios o los justifican como caprichos o cambios estacionales. Sin embargo, pueden ser síntomas de alerta temprana de enfermedades.

Una pérdida de apetito persistente puede indicar desde problemas bucales hasta fallos renales o estrés. Por otro lado, una ganancia de peso puede no ser solo por exceso de comida, sino por falta de ejercicio, esterilización o incluso problemas hormonales.

Consejo: Si notas cambios significativos en el apetito, el peso o la energía, acude al veterinario. Detectar un problema a tiempo puede marcar la diferencia.


7. No adaptar la dieta a cada etapa de su vida

Las necesidades nutricionales no son las mismas para un cachorro, un adulto y un senior. Sin embargo, muchas personas mantienen el mismo tipo de alimento durante años, sin adaptarse a los cambios físicos, metabólicos o de salud.

Por ejemplo:

  • Un cachorro necesita más proteína y calcio para crecer fuerte.
  • Un adulto necesita un equilibrio energético para mantener su peso y vitalidad.
  • Un senior puede requerir fórmulas bajas en grasa, con condroprotectores y más fibra.

Consejo: Consulta con tu veterinario cada año si es conveniente hacer un cambio de dieta. Además, si tu mascota ha sido esterilizada, conviene ajustar su alimentación para prevenir el sobrepeso.


¿Y si quiero cambiar su comida?

Cambiar de alimento de forma brusca también es un error. Puede provocar vómitos, diarreas, inapetencia o rechazo total al nuevo pienso. Lo ideal es hacer una transición progresiva durante 7 a 10 días.

Ejemplo de transición:

  • Día 1-2: 75% comida antigua + 25% nueva
  • Día 3-4: 50% antigua + 50% nueva
  • Día 5-6: 25% antigua + 75% nueva
  • Día 7 en adelante: 100% comida nueva

Esto ayuda a que el sistema digestivo se adapte y que la mascota no rechace el nuevo sabor o textura.


Conclusión

Cuidar la alimentación de tu mascota no es solo darle comida: es entender qué necesita en cada etapa de su vida, en qué cantidad y con qué calidad. Evitar estos 7 errores comunes puede prevenir enfermedades, mejorar su calidad de vida y ayudarte a disfrutar de tu peludo durante muchos más años.

En Mascota Lover estamos comprometidos con el bienestar animal, y eso empieza siempre por una buena alimentación. Así que te animamos a revisar la dieta de tu peludo hoy mismo y hacer los cambios necesarios, con cariño y con responsabilidad.

¿Y tú? ¿Has cometido alguno de estos errores? ¡Cuéntanos en los comentarios y comparte tu experiencia con la comunidad Mascota Lover!