Te paras frente a una estantería llena de sacos y latas. Empiezas a leer etiquetas… y ahí llegan las dudas: ¿qué significa “subproductos”? ¿Cuánto es “rico en proteínas”? ¿Esto es natural o solo suena bien?

Si alguna vez te sentiste perdido leyendo la composición del alimento de tu mascota, ¡no estás solo! Pero no te preocupes: aquí te damos las claves para entender lo esencial sin complicarte la vida.


✅ 1. El orden sí importa

Los ingredientes están listados de mayor a menor cantidad. Si los primeros puestos los ocupan cereales, y la carne aparece más abajo, probablemente no es la mejor opción.

Busca alimentos donde:

  • Carne o pescado esté en los primeros lugares.
  • Evites los que empiezan por harinas o subproductos vegetales.

🔍 2. Ingredientes que quieres ver

  • Proteína animal específica: pollo, cordero, salmón (¡mejor que solo “carne” o “subproductos cárnicos”!).
  • Frutas y verduras: zanahoria, manzana, calabaza… aportan vitaminas naturales.
  • Grasas saludables: como aceite de salmón o linaza.
  • Prebióticos o probióticos: ayudan a la digestión y al sistema inmune.

🚩 3. Palabras que suenan bien, pero no dicen mucho

  • Natural” no siempre significa mejor, a menos que esté certificado.
  • Sabor a pollo” puede no contener pollo real.
  • Con carne” puede significar solo un 4% de contenido cárnico.

Aprende a mirar más allá del marketing.


🧪 4. Aditivos y conservantes

No todos son malos, pero conviene limitar los artificiales. Prefiere los alimentos con:

  • Conservantes naturales como tocoferoles (vitamina E).
  • Sin colorantes ni saborizantes artificiales.

📏 5. Análisis garantizado: el resumen nutricional

Aquí verás porcentajes de:

  • Proteína (lo más importante): busca un mínimo del 25-30% en perros adultos y más en cachorros.
  • Grasa: importante para energía, pero moderada.
  • Fibra: útil, pero en exceso puede ser señal de muchos rellenos.
  • Humedad: si es comida húmeda, será alta (70-80%), pero en croquetas debe estar entre 8-10%.

🐾 Consejo final

Cada mascota es única. Lee las etiquetas, sí, pero también observa cómo le sienta: su energía, su digestión, su pelaje… ellos te darán la mejor pista.

Entender lo que le das de comer es una forma de amor. Y con estos consejos, ya estás un paso más cerca de ser todo un experto sin volverte loco en el intento 😉