Tu peludo antes jugaba contigo todo el día y ahora pasa horas bajo la cama o detrás del sofá. O quizás nunca ha sido muy sociable, pero últimamente se oculta más de lo normal. ¿Te suena?
Cuando una mascota se esconde, no lo hace sin motivo. Este comportamiento puede ser una señal de que algo no va bien, ya sea física o emocionalmente. Y como buenos Mascota Lovers, nuestra misión es escuchar lo que nos está queriendo decir… aunque no hable.
🧠 ¿Por qué se esconde?
1. Estrés o miedo
Cambios en casa, visitas nuevas, ruidos fuertes (como tormentas o petardos) o una mala experiencia pueden generar miedo. Para ellos, esconderse es una forma de protegerse.
2. Enfermedad o malestar físico
Muchas mascotas, especialmente los gatos, esconden el dolor. Si algo les molesta (una infección, dolor articular, malestar digestivo), prefieren aislarse.
3. Necesidad de descanso o privacidad
A veces no hay nada malo. Simplemente buscan un lugar tranquilo donde estar a gusto, lejos del ajetreo del hogar. Esto es más común en gatos y perros mayores.
4. Etapas del desarrollo
Los cachorros o gatitos pueden tener fases de timidez o inseguridad al descubrir su entorno. Con paciencia y refuerzo positivo, irán ganando confianza.
🔎 ¿Qué debo observar?
- ¿Se esconde más de lo normal?
- ¿Ha dejado de comer, jugar o acercarse como antes?
- ¿Se esconde y también muestra signos físicos (cojea, maúlla/gime, vomita)?
- ¿El comportamiento ha cambiado tras una mudanza, una visita, o la llegada de otra mascota?
Cuantos más cambios notes, más importante es consultar con tu veterinario o etólogo.
💡 Cómo ayudarle sin forzar
✅ Dale su espacio: nunca lo saques a la fuerza. Esto puede aumentar su miedo.
✅ Habla con voz suave cerca de su escondite, y si quiere salir, prémialo.
✅ Crea zonas seguras: lugares tranquilos con una manta, un juguete o su olor favorito.
✅ Rutinas estables: horarios constantes para comida, juego y descanso le dan seguridad.
✅ Consulta si persiste: a veces se necesita ayuda profesional para identificar el origen del problema.
Esconderse no es “portarse mal”, es comunicarse de la única manera que conoce. Cuando lo entendemos y actuamos con empatía, fortalecemos el vínculo y mejoramos su bienestar.
¿Tu mascota tiene un rincón favorito donde se refugia?